miércoles, 7 de junio de 2017

India 2013

Artículo traducido de Ted Simon sobre su vuelta a India en 2013:

En 1976 me encontraba subiendo en moto la costa oeste de India hacia Goa cuando llegué a Karwar, un interesante puerto pesquero con barcos que podían haber navegado allí desde la Inglaterra del Siglo XVIII.
Paré a comer algo en una parada de camiones y el cocinero me preguntó donde iba. Le contesté.
“Ah – me dijo- ir a Goa. Mi ser de Goa.”
Por alguna razón esta frase, que me resulto muy graciosa, se me quedó grabada al menos durante 40 años. Puedo casi escucharle hablar ahora.
Goa fue colonia portuguesa y a diferencia de casi toda India, podías consumir cerdo y alcohol abiertamente sin avergonzarte. También tenía buenas playas que ya atraían turistas pero yo me encontraba visitando un ilustre director de arte británico llamado Maxwell quien se expatrió allí llevándose consigo  su sofisticado equipo HI Fi londinense y parecía sentirse muy solo cuando lo encontré.
Era la estación del año equivocada para pasarlo bien en la playa y todo lo que saqué de Goa en aquella ocasión fue una foto de una cabra, pero siempre he querido volver y el pasado año (2013) por fin cumplí mi deseo.  Orangefish Entertaiment de Bombay, me invitó a la inauguración de la segunda semana anual de la moto en  India con todos los gastos pagados.
¡Que estupendo es Orangefish!
Y había un extra. ¿Me importaría – me preguntaron – rodar de Goa a Bombay (la podéis llamar Mumbai si queréis ) para inaugurar el acto? ¿Me importaría hacer una buen a y relajada ruta de 400 millas en dos días por una carretera bastante buena , en buena compañía?
Cogí mi casco y mis guantes. Llevaba vaqueros y una chaqueta de cuero y me encontraron unas botas. Desde el aeropuerto condujimos durante dos horas hasta  un hotel del que nos hablaron, a las afueras de la ciudad. Bombay era tan caótica y extraordinaria como la recordaba con la añadidura de una capa de polución de azufre impresionante que estaba por todos lados.
Por la mañana nos agrupamos todos en una zona de aparcamiento grande para la gran despedida y ahí es cuando me enteré que supuestamente iba a empezar la marcha con una Harley. Bueno, uno de mis mejores amigos lleva una Harley y no quiero ofenderle. Yo no diría que una Harley sea la moto más apropiada para ir por India pero supongo que es un estilo de vida. Pero ESTA Harley, era otra cosa. El sillín estaba a unas dos pulgadas del suelo, el manillar estaba en algún sitio sobre mi cabeza y mis piernas entradas en años, no podían elevarse como la ocasión requería .Di una vuelta por el parking  con un montón de miedo y les dije: no puede ser.
Afortunadamente estaba Jay Kannaiyan, un aventurero indio que había rodado por medio mundo y es bastante más joven que yo y se brindó voluntario para ir en la Harley y me dieron una Royal Enfield  Bullet en su lugar.
Éramos  unos doce, casi todos indios en diferentes motos. Había incluso una Ducati, la cual desafortunadamente no pudo seguir al segundo día. Estaba mi compañero de ruta , Sharang, el hermano del Señor Orangefish quien tenía el encargo de protegerme y fuimos guiados  por el gran y alegre rufián “Vir”.
Salimos bastante tarde y nos llevó, increíblemente, otras dos horas  salir de Bombay. En la ciudad las carreteras eran bastante buenas pero Vir tenía un regalo para nosotros. En lugar de la aburrida autopista, había planeado una ruta panorámica  y mientras el paisaje mejoraba, la carretera se desmoronaba  debajo nuestro. Se puso tan mal el asunto en ese primer día que me convertí en el “Coronel Blimp” (*) jadeando y resoplando y refunfuñando para mis adentros , ¿cómo se atreven a tomarse estas libertades con una celebridad octogenaria?  Yo no me he inscrito en la Carretera de los Huesos de Rusia etc. etc. Cayendo la noche, seguíamos a horas de distancia del hotel esquivando agujeros y atravesando bazares.
¿Cómo te sientes si conducimos de noche? – preguntó Sharang. Con una cortesía helada decliné , reclamando mi derecho a ir en el coche escoba . La noche se alargó y apareció algún incidente como el de unos paisanos agitados y me apartaron lejos como si fuera el Presidente de EEUU en una tormenta de mierda. Llegamos pasada la noche y ….muy tarde para cerveza.
El día siguiente fue mucho de lo mismo. En algún sitio a medio camino de Goa, están construyendo un aeródromo. El sitio estaba justo a través de la ruta que estábamos siguiendo y tuvimos que rodearlo. Lo recuerdo porque inmediatamente después , la superficie de la carretera pasó de terrible a atroz. Estábamos atravesando una amplia extensión estéril de terreno y esta abominable carretera parecía destinada a continuar por siempre .
Es siempre difícil hacer justicia a una superficie  realmente mala . Esta estaba compuesta de astillas de asfalto colocadas tridimensionalmente en capas dejadas por numerosas generaciones de peones camineros y  la suspensión de mi Bullet sufría.Si hubiera habido alguna manera de parar, yo lo hubiera hecho, pero lo que hizo insoportable este purgatorio fue el tipo australiano que rodaba detrás mío.
La noche anterior mencioné que la ruta me parecía un poco dura y su cara se encendió como una linterna.
“Simplemente me encanta esto” – dijo. Y de alguna manera la idea de que este individuo que iba detrás mío lo estuviera pasando bomba era más de lo que yo podía aguantar. Tenía una fantástica postura sobre la moto, sentado maravillosamente erguido deslizándose sin esfuerzo sobre esta carretera ruinosa. Verle rodar era insufrible. Me podía imaginar su cara dentro del casco, sonriendo de oreja a oreja.
Pero de alguna manera, mientras farfullaba con resentimiento, recordé quien era yo, quien solía ser y por qué estaba ahí. A pesar de la horrible carretera reconocí que era un privilegio estar ahí, rodando con esa moto.
Es más, me estaba enamorando de la Bullet. Por primera vez en 40 años, estaba montando en una moto muy parecida a mi antigua Triumph, con su carenado, bonito manejo y la talla exacta para ser parte de mí y no yo parte de ella. De hecho caí en la cuenta de que estaba reviviendo la mejor época de mi vida. Realmente lo empezaba a disfrutar y sería difícil explicar, que regalo era eso para mí.
Había muchas paradas durante el camino pero no podía entender por qué se hacía en esos sitios en particular. Uno en concreto era una exhibición de las máquinas que los Indios habían estado usando para desplazarse a trabajar durante las últimas décadas.
Seguimos rodando hacia la noche otra vez pero esta vez sin escrúpulos, haciendo eses entre los rickshaws, las vacas y los peatones como si hubiera nacido para ello. Volvimos a llegar tarde pero no tanto como para no tomar unas cervezas y también había ron, un ron suave llamado Monk o un nombre similar. Y fue entonces cuando el australiano me reconoció que aunque le gustaban las dificultades, la ruta era como un dolor en el culo.
En la última mañana había ferries para cruzar y vistas costeras para admirar.
Nos arrastramos dentro de los terrenos del festival en la tercera mañana y a estas alturas me sentía más como Peter Pan que como el Coronel Blimp.
La Semana de la moto India no me sorprendió. Había un tremendo ruido tipo Harley que provenía de los altavoces y me hicieron subir por una rampa a un enorme escenario con un montón de  kilowatios . Y allí, para saludarme y compartir los honores estaba Nick Sanders. Se le veía muy feliz en la luz de candilejas, llevando una chaqueta de la Union que dijo se había hecho para Roger Daltry de los Who. Los presentadores estaban animando frenéticamente   y el talante era más el de una convención política que el tipo de concentración motera al que estoy habituado pero obviamente muy bien adaptada a las nuevas generaciones.
Por supuesto no debería sorprenderme que las motos han pasado a ser algo grande en India. Ahora hay una clase media que se lo puede permitir y no son para nada café racers. Algunos Indios las están usando para descubrir su sub- continente y otros como Jay , han batallado con la burocracia de su país para conseguir el visado que los ciudadanos indios requieren para viajar por el mundo.
Jay es un viajero de Júpiter y no tengo ninguna duda de  que habrá muchos más de India antes de que pase mucho tiempo. Ciertamente me salvó. Montó esa Harley como un campeón aunque asegura que le dejó bastante dolorido. Siempre he mantenido que puedes dar la vuelta al mundo en cualquier cosa, pero no es lo que yo tenía en mente .
Sharang y su hermano Shrijit se convirtieron en muy buenos amigos mios y esa amistad fue testada más adelante cuando fui a la playa a pasar unos días y me metí en problemas. Pero eso ya es otra historia……..


(*) Personaje de comic  irascible, pomposo y estereotípicamente británico (N del T)
www.interfolio.es Aquí podrás encontrar los libros de Ted Simon