Artículo traducido de Ted Simon sobre su vuelta a India en 2013:
En 1976 me encontraba subiendo en moto la costa oeste de India hacia Goa cuando llegué a Karwar, un interesante puerto pesquero con barcos que podían haber navegado allí desde la Inglaterra del Siglo XVIII.
En 1976 me encontraba subiendo en moto la costa oeste de India hacia Goa cuando llegué a Karwar, un interesante puerto pesquero con barcos que podían haber navegado allí desde la Inglaterra del Siglo XVIII.
Paré
a comer algo en una parada de camiones y el cocinero me preguntó donde iba. Le
contesté.
“Ah –
me dijo- ir a Goa. Mi ser de Goa.”
Por
alguna razón esta frase, que me resulto muy graciosa, se me quedó grabada al
menos durante 40 años. Puedo casi escucharle hablar ahora.
Goa
fue colonia portuguesa y a diferencia de casi toda India, podías consumir cerdo
y alcohol abiertamente sin avergonzarte. También tenía buenas playas que ya
atraían turistas pero yo me encontraba visitando un ilustre director de arte
británico llamado Maxwell quien se expatrió allí llevándose consigo su sofisticado equipo HI Fi londinense y parecía
sentirse muy solo cuando lo encontré.
Era
la estación del año equivocada para pasarlo bien en la playa y todo lo que
saqué de Goa en aquella ocasión fue una foto de una cabra, pero siempre he
querido volver y el pasado año (2013) por fin cumplí mi deseo. Orangefish Entertaiment de Bombay, me invitó a
la inauguración de la segunda semana anual de la moto en India con todos los gastos pagados.
¡Que
estupendo es Orangefish!
Y
había un extra. ¿Me importaría – me preguntaron – rodar de Goa a Bombay (la
podéis llamar Mumbai si queréis ) para inaugurar el acto? ¿Me importaría hacer
una buen a y relajada ruta de 400 millas en dos días por una carretera bastante
buena , en buena compañía?
Cogí
mi casco y mis guantes. Llevaba vaqueros y una chaqueta de cuero y me
encontraron unas botas. Desde el aeropuerto condujimos durante dos horas hasta un hotel del que nos hablaron, a las afueras
de la ciudad. Bombay era tan caótica y extraordinaria como la recordaba con la
añadidura de una capa de polución de azufre impresionante que estaba por todos
lados.
Por la
mañana nos agrupamos todos en una zona de aparcamiento grande para la gran
despedida y ahí es cuando me enteré que supuestamente iba a empezar la marcha
con una Harley. Bueno, uno de mis mejores amigos lleva una Harley y no quiero
ofenderle. Yo no diría que una Harley sea la moto más apropiada para ir por
India pero supongo que es un estilo de vida. Pero ESTA Harley, era otra cosa. El
sillín estaba a unas dos pulgadas del suelo, el manillar estaba en algún sitio
sobre mi cabeza y mis piernas entradas en años, no podían elevarse como la
ocasión requería .Di una vuelta por el parking
con un montón de miedo y les dije: no puede ser.
Afortunadamente
estaba Jay Kannaiyan, un aventurero indio que había rodado por medio mundo y es
bastante más joven que yo y se brindó voluntario para ir en la Harley y me
dieron una Royal Enfield Bullet en su
lugar.
Éramos
unos doce, casi todos indios en
diferentes motos. Había incluso una Ducati, la cual desafortunadamente no pudo
seguir al segundo día. Estaba mi compañero de ruta , Sharang, el hermano del
Señor Orangefish quien tenía el encargo de protegerme y fuimos guiados por el gran y alegre rufián “Vir”.
Salimos
bastante tarde y nos llevó, increíblemente, otras dos horas salir de Bombay. En la ciudad las carreteras
eran bastante buenas pero Vir tenía un regalo para nosotros. En lugar de la
aburrida autopista, había planeado una ruta panorámica y mientras el paisaje mejoraba, la carretera
se desmoronaba debajo nuestro. Se puso
tan mal el asunto en ese primer día que me convertí en el “Coronel Blimp” (*)
jadeando y resoplando y refunfuñando para mis adentros , ¿cómo se atreven a
tomarse estas libertades con una celebridad octogenaria? Yo no me he inscrito en la Carretera de los
Huesos de Rusia etc. etc. Cayendo la noche, seguíamos a horas de distancia del
hotel esquivando agujeros y atravesando bazares.
¿Cómo
te sientes si conducimos de noche? – preguntó Sharang. Con una cortesía helada decliné
, reclamando mi derecho a ir en el coche escoba . La noche se alargó y apareció
algún incidente como el de unos paisanos agitados y me apartaron lejos como si
fuera el Presidente de EEUU en una tormenta de mierda. Llegamos pasada la noche
y ….muy tarde para cerveza.
El
día siguiente fue mucho de lo mismo. En algún sitio a medio camino de Goa,
están construyendo un aeródromo. El sitio estaba justo a través de la ruta que
estábamos siguiendo y tuvimos que rodearlo. Lo recuerdo porque inmediatamente
después , la superficie de la carretera pasó de terrible a atroz. Estábamos
atravesando una amplia extensión estéril de terreno y esta abominable carretera
parecía destinada a continuar por siempre .
Es
siempre difícil hacer justicia a una superficie
realmente mala . Esta estaba compuesta de astillas de asfalto colocadas
tridimensionalmente en capas dejadas por numerosas generaciones de peones
camineros y la suspensión de mi Bullet sufría.Si
hubiera habido alguna manera de parar, yo lo hubiera hecho, pero lo que hizo
insoportable este purgatorio fue el tipo australiano que rodaba detrás mío.
La
noche anterior mencioné que la ruta me parecía un poco dura y su cara se
encendió como una linterna.
“Simplemente
me encanta esto” – dijo. Y de alguna manera la idea de que este individuo que
iba detrás mío lo estuviera pasando bomba era más de lo que yo podía aguantar.
Tenía una fantástica postura sobre la moto, sentado maravillosamente erguido
deslizándose sin esfuerzo sobre esta carretera ruinosa. Verle rodar era
insufrible. Me podía imaginar su cara dentro del casco, sonriendo de oreja a
oreja.
Pero
de alguna manera, mientras farfullaba con resentimiento, recordé quien era yo,
quien solía ser y por qué estaba ahí. A pesar de la horrible carretera reconocí
que era un privilegio estar ahí, rodando con esa moto.
Es más,
me estaba enamorando de la Bullet. Por primera vez en 40 años, estaba montando
en una moto muy parecida a mi antigua Triumph, con su carenado, bonito manejo y
la talla exacta para ser parte de mí y no yo parte de ella. De hecho caí en la
cuenta de que estaba reviviendo la mejor época de mi vida. Realmente lo
empezaba a disfrutar y sería difícil explicar, que regalo era eso para mí.
Había
muchas paradas durante el camino pero no podía entender por qué se hacía en esos
sitios en particular. Uno en concreto era una exhibición de las máquinas que
los Indios habían estado usando para desplazarse a trabajar durante las últimas
décadas.
Seguimos
rodando hacia la noche otra vez pero esta vez sin escrúpulos, haciendo eses entre
los rickshaws, las vacas y los peatones como si hubiera nacido para ello. Volvimos
a llegar tarde pero no tanto como para no tomar unas cervezas y también había
ron, un ron suave llamado Monk o un nombre similar. Y fue entonces cuando el australiano
me reconoció que aunque le gustaban las dificultades, la ruta era como un dolor
en el culo.
En la
última mañana había ferries para cruzar y vistas costeras para admirar.
Nos
arrastramos dentro de los terrenos del festival en la tercera mañana y a estas
alturas me sentía más como Peter Pan que como el Coronel Blimp.
La
Semana de la moto India no me sorprendió. Había un tremendo ruido tipo Harley
que provenía de los altavoces y me hicieron subir por una rampa a un enorme
escenario con un montón de kilowatios .
Y allí, para saludarme y compartir los honores estaba Nick Sanders. Se le veía
muy feliz en la luz de candilejas, llevando una chaqueta de la Union que dijo
se había hecho para Roger Daltry de los Who. Los presentadores estaban animando
frenéticamente y el talante era más el de una convención política
que el tipo de concentración motera al que estoy habituado pero obviamente muy
bien adaptada a las nuevas generaciones.
Por
supuesto no debería sorprenderme que las motos han pasado a ser algo grande en
India. Ahora hay una clase media que se lo puede permitir y no son para nada
café racers. Algunos Indios las están usando para descubrir su sub- continente
y otros como Jay , han batallado con la burocracia de su país para conseguir el
visado que los ciudadanos indios requieren para viajar por el mundo.
Jay
es un viajero de Júpiter y no tengo ninguna duda de que habrá muchos más de India antes de que
pase mucho tiempo. Ciertamente me salvó. Montó esa Harley como un campeón
aunque asegura que le dejó bastante dolorido. Siempre he mantenido que puedes
dar la vuelta al mundo en cualquier cosa, pero no es lo que yo tenía en mente .
Sharang
y su hermano Shrijit se convirtieron en muy buenos amigos mios y esa amistad
fue testada más adelante cuando fui a la playa a pasar unos días y me metí en
problemas. Pero eso ya es otra historia……..
(*)
Personaje de comic irascible, pomposo y estereotípicamente
británico (N del T)
www.interfolio.es Aquí podrás encontrar los libros de Ted Simon
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